miércoles, 28 de febrero de 2007

Inolvidable Gila

Anoche oí una sirena de policía, que paraba cerca de mi casa. Abrí la ventana del balcón, y me asome. Había un coche y unas ocho motos de policía, es decir, unos diez agentes uniformados. Llevaban prácticamente en volandas a un indigente, negro, borracho, que no paraba de gritar.

El tendero de la tienda de la esquina estaba alucinado por la sobredimensión de este acontecimiento: se trataba de un borracho que estaba gritando en la calle, negro, eso sí. Y pobre, también. Cumple así las dos características que lo hacen extremadamente peligroso.

Dice el tendero que el otro día llamó a la policía porque cerca de su tienda se estaban pegando dos personas que se iban a matar, y que lo único que le preguntó la persona que estaba al otro lado del teléfono fue que si eran extranjeros. ¿Desde cuándo la policía sólo protege a nacionales?

No le pregunté al tendero si paró la pelea para consultar a los contrincantes si eran extranjeros o no. Me imagino la situación, en boca de Gila (esta anécdota, que a mí me alarma, le vendría como anillo al dedo):

- Oiga, el que tiene el ojo colgando y en la boca la oreja del otro señor, ¿que me pregunta la policía que si usted es de aquí? Que si no lo es, que se proteja usted solito, vamos, que puede seguir matándose, que no pasa nada.
- Y el otro, el de la cabeza abierta y con una navaja clavada en el pecho, oiga, que si es usted de origen español (es que no me valen los nacionalizados, ¿sabe?).
- ¡Ah! Que son alemanes, pues déjeme preguntar pero seguro que sí vendrá la policía, porque al fin y al cabo son europeos, del oeste, claro, vamos, como nosotros…

Cómo echo de menos a Gila…

martes, 27 de febrero de 2007

Filosofía

16:30. Carretera de Andalucía. Doscientos kilómetros para Madrid.
Estamos adelantando a un camión. En la parte trasera de éste se puede leer:

Kiko te desea el doble de lo que tú le desees a él.

Ojalá fuese capaz de resumir en una frase tan clara mi filosofía de vida

viernes, 23 de febrero de 2007

Gente del siglo XVII

Hace unos días vi una película de 1933 (¡!) que tenía curiosidad por ver desde hace tiempo: La Reina Cristina de Suecia, con Greta Garbo (¡impresionante actuación!). Bueno, pues he de decir que aún estoy alucinada.

Me avergüenza reconocer que tiendo a pensar que actualidad significa modernidad (de pensamiento, que es la más complicada), y que, por ello, cuando veo películas o leo libros del estilo de La Reina Cristina de Suecia, aún siento más vergüenza por mi prejuicio.

A grandes rasgos, la peli narra la vida de esta buena señora (no sé con qué grado de fidelidad, pero eso es lo de menos) quien parece que entendía que ella era quien podía y tenía que diseñar su propia vida, sin dejarse llevar por las designaciones que la divinidad habían hecho de su género y condición (a veces estamos aún muy lejos de esto). Y todo esto, en el siglo XVII…

En el dvd venía el trailer de la peli, y era alucinante cómo éste lanzaban el mensaje de que era la peli sobre la vida de una mujer del siglo XVII que vivía como una del siglo XX!!!! (esto, en el año 33).

Lo peor es comprobar cómo aún hay gente del sigo XXI que vive en el XVII...

lunes, 19 de febrero de 2007

A un dolor de espalda (vs. placer)

Me gusta la piel, me gusta mucho su piel.

Pero lo que más me gusta es su espalda. Quedarme mirando sus ligeros pliegues, saborearlo todo con mi mirada.

Espero que nunca le duela tanto como lo que a mí me gusta, porque entonces le dolería mucho, mucho, mucho. Demasiado.

viernes, 16 de febrero de 2007

Decisiones

Me dice que está ahí para lo que quiera, y sabe que no es verdad. No está para lo que yo quiera. No está para comprender, o para intentarlo al menos. Simplemente no está, lo demás es accesorio.

Hace ya mucho tiempo mi decisión provocó otra, y otra y otra, y su renuncia a tratar de comprender. Sólo con un intento me bastaría, pero ni siquiera me concede eso.

Nuca he pedido nada, no me gusta, no me sale. Ni siquiera que no me abandonara. Y lo hizo. Pero de eso hace ya mucho tiempo, y casi lo tenía olvidado. Casi.

jueves, 15 de febrero de 2007

Pánico, que no miedo

Hubo un tiempo que soñaba que gritaba, con verdadero pánico, dejándome la garganta en ello, y cuando despertaba nunca lograba saber si de verdad soñaba o gritaba.

Y ese pánico se quedaba en mí un buen rato tras abrir los ojos. Nunca supe si era yo o él el que no quería desprenderse del otro.

martes, 13 de febrero de 2007

Quiero que mi plaza sea un poquito parque

He buscado la definición de parque en la RAE, y la primera acepción es la siguiente: 1. m. Terreno destinado en el interior de una población a prados, jardines y arbolado para recreo y ornato.

Y la de plaza: 1. f. Lugar ancho y espacioso dentro de un poblado, al que suelen afluir varias calles.

Venía yo caminando por la plaza de Santa Ana, feliz de ver dos estupendas zonas de recreo infantil, repletas ambas de niños con el reclamo del buen tiempo que nos está regalando el cambio climático.

Por lo que leo en la RAE, creo que esa plaza –la de Santa Ana- es un poquito parque, sólo un poquito, por el área de recreo. Y yo quiero tener cerca de mi casa una plaza que sea un poquito parque también, porque ninguna de las dos plazas entre las que me encuentro tiene zona específica de recreo. Una, la plaza de Lavapiés, entiendo que porque no ha sido objeto de remodelación reciente (aunque el ayuntamiento podía haber aprovechado la obra que hizo este verano al quitar la boca de metro del centro de la plaza, pero bueno, no pidamos peras al olmo).

Pero lo que me desanima es que la otra plaza de la que hablo es de muy reciente construcción (la abrieron la semana pasada). Se trata de una plaza construida en un antiguo solar abandonado (¡estupendo!) pero que sólo tiene bancos, escaleras, una rampa y árboles. Y se han olvidado de los niños de Lavapiés, de los muchos y preciosos niños de mi barrio, que juegan en las calles porque no tienen plazas que sean un poquito parque.

domingo, 11 de febrero de 2007

El dolor (m)ata

Todos hemos tenido malos momentos, y peores: parece que es una de las cosas que tiene la vida, aunque nos rebelemos, pataleemos, gritemos o no queramos creerlo.

Mi primer desamor, como el de todos, fue duro, mucho, por una serie de circunstancias que no vienen al caso. Y por lo mismo, no creo que lo olvide nunca.

Sé que es muy simple, mucho, lo que voy a decir, pero en aquellos momentos de profunda tristeza, de lucha interna constante y permanente, de amor, de odio y de engaños, me ayudaba buscar cosas que me hicieran reír, reír sin parar y sin pensar. Decidí que sólo podía ver películas, leer libros, escuchar música que me provocara la risa a carcajadas. Cambiaba continuamente de emisora al más mínimo atisbo de tristeza o melancolía, y lo mismo con las películas o los libros. Tardé algo más de un año en encontrarme de nuevo, en olvidar el dolor y en volver a volver a sentir.

Y no sabes, compañero de la derecha, qué buena sensación es ésa; saber que has vencido, que has ganado la batalla contra ti mismo, sin rencores (eso es lo mejor), y casi, agradeciendo ésa nueva oportunidad que aparece frente a ti y que te recuerda que todo tiene sentido, o quizás nada, pero ya, por fin, eres libre de decidirlo.

Esa libertad no tiene precio: la libertad que nos regala desprendernos del dolor.

(perdona el atrevimiento porque de sobra sé que no son situaciones comparables. Mucho, mucho ánimo...).

¡Me cago en tus características!

Ésa ha sido la frase del día, sin duda, salida o más bien gritada de la boca de una persona –creo que indigente, y posiblemente con algo de vino de más- en los alrededores de la Plaza Mayor, un domingo de lluvia como hoy.

No sé la razón que ha dado origen a esa frase, pero la verdad es que da que pensar: cagarse en las características de alguien es más respetuoso que cagarse en alguien directamente, ¿no?

jueves, 8 de febrero de 2007

¡Qué simpática jocosidad!

Qué simpático oir de tan íntegra persona y en ese tono jocoso tan bien traido que tiene un problema por no haber sido tan listo y haberlo sabido antes. Qué bonito gesto ése de aplaudir a tan inteligentes y sensibles palabras de nuestro, sobretodo, justo y sensato ex presidente del gobierno. Sí, es muy gracioso y digno de elogio ser cómplice de las atrocidades que están ocurriendo en Irak, y lo más gracioso es admitir que lo que justificó aquella intervención –y que siempre aseguró que era verdad y que le creyéramos- era una gran mentira (quienes duden de esto, que revisen por favor la prensa y medios de aquellos días).

¿No es extremadamente grave esta situación? Dado que este señor no ha tenido ningún escrúpulo en mentir en muchas ocasiones al pueblo español (a mí me parece gravísimo que el mismísimo ex presidente del gobierno está reconociendo que mintió sobre algo tan grave), ¿osaría reconocer ante el pueblo iraquí que apoyó la destrucción de ese país en base a una mentira inventada para justificar la intervención? Se atrevió a mentir pero no creo que se atreva a reconocer ante ellos que él es uno de los responsables de su terrible situación, y sobretodo en ese tono jocoso que le caracteriza porque claro, cualquiera se puede equivocar, somos humanos, ¿no? (él es humano por equivocarse, pero los iraquíes asesinados nunca lo han sido).

No hay nada peor que una muerte, bueno, sí, hay algo peor aún, una muerte justificada en una mentira que esconde intereses económicos. Sin duda, la mayor de las armas de destrucción masiva es la mentira.

miércoles, 7 de febrero de 2007

Viajes en vespa

Hacía un tiempo que no me llevaban en moto. Y hoy he recordado esa sensación que tanto me gusta. Me encanta que me lleven y que me traigan, mucho, pero sobretodo me gusta la sensación de ser una espectadora en la primera fila de la sala en la que se proyecta una gran película, repleta de actores y actrices que al mismo tiempo son los guionistas, directores, productores...

Aunque lo que más me gusta es que me lleves tú, en tu vieja vespa, aunque los cascos no me dejen acercarme lo suficiente (perdón por los choques, es que no controlo las distancias).

Me subcontrato

Ayer me encontré con una amiga en el metro con quien hacía tiempo que no hablaba. Es educadora y me estuvo contando que trabaja para una fundación visitando a familias que tienen a chavales en régimen de acogida. La verdad es que admiro mucho a la gente que se dedica a trabajos con un fin social, tan complicados, que requieren de tanto compromiso, voluntad y que seguro que incorporan una gran dosis de desgaste.

Pero me sorprendió saber –quizás sea una ingenua- que se trata de un servicio subcontratado por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid (me dijo “ya sabes, estos líos que se traen que al final no sabes a quién le compete...”). Así que el maravilloso mundo de las subcontratas de los servicios públicos ha llegado a todos los lados, sin ningún tipo de miras.

El problema no es la subcontratación en sí, sino el perfil de las empresas contratadas (a criterio del político de turno –y todos sabemos de qué pie cojean la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, cosa legítima salvo por su claro objetivo de adoctrinamiento espiritual-, y no en función de la profesionalidad y las necesidades reales), las condiciones en las que se producen estas contrataciones y la falta de evaluación y control de quiénes realizan los servicios. Esto es crítico, y no digo importante, sino crítico, cuando se trata de servicios sociales.

Y me vino a la cabeza el tema de la casa de acogida a mujeres maltratadas que gestionaba la asociación Nuevo Amanecer. Un ejemplo vivo.

lunes, 5 de febrero de 2007

Clandestino y las tetas

Hoy clandestino ha escrito sobre las tetas (ver su artículo Una manera de empezar la semana), no en general, sino sobre las tetas de una chica con ojos verdes (este detalle es importante porque indica que no sólo se fijaba en las tetas, y esto es para ser optimistas). La chica en cuestión estaba acompañada de su pareja y desayunaban frente a clandestino.

Mi pregunta de hoy es muy simple, lo sé, quizás demasiado, pero no puedo contenerme: ¿qué tienen las tetas que tiran más –y de verdad- que dos carretas? Quizás me lo pregunte porque a mí no me llaman la atención –yo soy más de cuerpo entero, y de lo que éste me insinúa-, aunque la verdad es que no soy objetiva porque no he visto esas tetas ni a la chica de las tetas. O quizás me lo pregunte porque no tengo ese par de tetas de las que habla Clandestino, y por eso nunca podré saber si, como dicen, las tetas son una de las arma más potentes que existen.

(me he dado cuenta de que he puesto demasiadas tetas en este escrito...como Calndestino...perdón)

viernes, 2 de febrero de 2007

La curiosidad mató al gato

Esta mañana me senté en un banco de una estación de metro mientras esperaba a que llegara el tren. A mi derecha había una niña, de unos 12 años quizás, leyendo uno de esos periódicos gratuitos que inundan las mañanas del transporte público.

Me sorprendió gratamente que una niña se interesara por algo diferente a lo que estamos acostumbrados o simplemente que tuviera la inquietud de curiosear las noticias de un periódico. Me sonreí.

Sin que ella se diera cuenta –creo-, la miré de reojillo sin mover la cabeza porque sentía curiosidad por conocer qué estaba leyendo.

Estaba en la sección de anuncios. No quise curiosear más.