La siguiente historia, que no es ficción, transcurre en el metro de Madrid, ese estupendo lugar en el que hacer amigos es tan fácil como leer un buen libro:
L.P. lee, sentada (afortunada ella), Mala gente que camina, de Benjamín Prado, en edición bolsillo.
S.I. se sienta al lado de L.P.
S.I. gira la cabeza hacia L.P. y comienza a leer, sin parpadear, el libro que L.P. tiene en sus manos.
L.P. lo percibe, pero ni se inmuta, encantada de compartir lecturas.
S.I. se levanta de su asiento y ni corto ni perezoso, le dice a L.P.: "no te creas todo lo que lees en ese libro".
L.P. no puede creer lo que ha oído.
L.P. de Libre Pensadora.
S.I. de Santa Inquisición.
Gracias Vespa, por la historia.
¿Estamos tod@s loc@s?
lunes, 30 de marzo de 2009
viernes, 20 de marzo de 2009
Aborto y Comunidades Autónomas
Escucho esta mañana en la radio las Comunidades Autónomas con mayores tasas de abortos de España. En este orden: Madrid, Baleares y Murcia. Curioso: son tres feudos que llevan años, algunos muchos, con gobiernos del PP (Baleares cambió recientemente, por escándalos urbanísticos y demás, pero ha sido un feudo del PP desde hace muchos años).
Los que vivimos en Madrid, que es la parte que me toca, llevamos tantos años sufriendo las políticas neocon del PP que ya, desafortunadamente, estamos acostumbrados a ellas (y mientras lo digo aseguro que se me retuerce el gesto y el estómago). Y estas políticas se traducen precisamente en este tipo de cosas: educación sexual nula en una Comunidad Autónoma mojigata e hipócrita (leánse estos dos calificativos bien juntos o por separado) que acaba recurriendo a esos abortos sobre los que está, en una primera instancia, en contra. Las segundas instancias ya funcionan a criterio del consumidor.
¿Tendrá esto que ver con que Madrid tiene la mayor tasa de colegios públicos y privados de España? Y estos colegios públicos y privados, ¿son mayoritariamente de adscripción católica? Vaya, empiezo a ver fantasmas donde a lo mejor los ha habido siempre.
Ay, perdón, es que últimamente no se me va de la cabeza la imagen del pobre lince protegido, y veo a la iglesia por todos los lados, oyes. Esa iglesia tan humilde que sólo ha hecho 8 millones de folletos para ayudar a la protección del lince euroasiático. Si es que son mas majos y tan ecologistas.
Perdón, es que hoy me he levantado con los niveles de ironía un poquito más altos de lo normal: es lo que tiene trabajar un puente.
Los que vivimos en Madrid, que es la parte que me toca, llevamos tantos años sufriendo las políticas neocon del PP que ya, desafortunadamente, estamos acostumbrados a ellas (y mientras lo digo aseguro que se me retuerce el gesto y el estómago). Y estas políticas se traducen precisamente en este tipo de cosas: educación sexual nula en una Comunidad Autónoma mojigata e hipócrita (leánse estos dos calificativos bien juntos o por separado) que acaba recurriendo a esos abortos sobre los que está, en una primera instancia, en contra. Las segundas instancias ya funcionan a criterio del consumidor.
¿Tendrá esto que ver con que Madrid tiene la mayor tasa de colegios públicos y privados de España? Y estos colegios públicos y privados, ¿son mayoritariamente de adscripción católica? Vaya, empiezo a ver fantasmas donde a lo mejor los ha habido siempre.
Ay, perdón, es que últimamente no se me va de la cabeza la imagen del pobre lince protegido, y veo a la iglesia por todos los lados, oyes. Esa iglesia tan humilde que sólo ha hecho 8 millones de folletos para ayudar a la protección del lince euroasiático. Si es que son mas majos y tan ecologistas.
Perdón, es que hoy me he levantado con los niveles de ironía un poquito más altos de lo normal: es lo que tiene trabajar un puente.
jueves, 12 de marzo de 2009
Me faltan valores
Ayer sucedió otra muchas de esas cosas terribles que no hay manera de entender, que no tienen explicación, lo mires por donde lo mires. Me refiero a la matanza de Alemania, hecha por un niño.
No soy pedagoga, ni psicóloga -mi Zurdito me adoctrina en este sentido- ni experta en conductas, ni nada por el estilo. Pero en la noticia que esta mañana escuchaba por la radio me faltaba algo: los valores que estamos transmitiendo, desde familias, instituciones y sociedad en general.
En la noticia se decía que, tras la matanza, en Alemania se estaba revisando la legislación sobre la tenencia de armas, que parece que había sido reformada en 2002 a raíz de un acontecimiento similar.
Y a mí me falta en este debate algo mucho mas importante: acudir a la raíz. Que nos replanteemos los valores que estamos transmitiendo, la educación que estamos impartiendo.
Sinceramente, no tengo muy claro que esta sociedad sea más violeta y agresiva que otras sociedades pasadas. Sí tengo claro el papel globalizador de los medios y la mayor difusión de cualquier noticia, ocurra donde ocurra. Y la mayor disponibilidad de medios y recursos, buenos y malos, para llevar a cabo todo tipo de ideas, también, buenas y malas. Pero insisto, no creo que el ser humano sea más violento que hace 100 años. Ni que existan más desequilibrados tampoco (el hambre crea también muchos problemas), aunque sí de otro tipo posiblemente.
Lo que sí tengo claro es que, en estas supuestas sociedades avanzadas, no estamos haciendo lo posible por educar en valores, en valores universales, como son el respeto radical a todos los seres humanos, la necesidad de diálogo ante la imposición de cualquier idea, la comprensión, la generosidad, el entendimiento, la paz por encima de todo, el bien común...en contra de egoísmos, materialismos, violencias, consumismos, etc.
No creo que el debate se tenga que centrar en la legislación, sino en la educación: en la educación de niños y niñas, pero también, en las necesidades de reeducación de padres y madres, tarea tan, tan complicada. Y en el apoyo general y extremo a las familias: en medios económicos, para poder conciliar su vida laboral y familiar, y tener más tiempo para transmitir esos valores que tanto nos faltan, y en ayudas de expertos de todo tipo, apoyos desde el nacimiento de un hijo, para que, ante cualquier pequeño problema, duda, inseguridad, las familias puedan acudir a alguien que les sirva de ayuda. Ayuda de verdad.
Espero que no nos quedemos en la modificación de la legislación para solucionar problemas, porque desde luego, será un nuevo parche, como tantos otros.
No soy pedagoga, ni psicóloga -mi Zurdito me adoctrina en este sentido- ni experta en conductas, ni nada por el estilo. Pero en la noticia que esta mañana escuchaba por la radio me faltaba algo: los valores que estamos transmitiendo, desde familias, instituciones y sociedad en general.
En la noticia se decía que, tras la matanza, en Alemania se estaba revisando la legislación sobre la tenencia de armas, que parece que había sido reformada en 2002 a raíz de un acontecimiento similar.
Y a mí me falta en este debate algo mucho mas importante: acudir a la raíz. Que nos replanteemos los valores que estamos transmitiendo, la educación que estamos impartiendo.
Sinceramente, no tengo muy claro que esta sociedad sea más violeta y agresiva que otras sociedades pasadas. Sí tengo claro el papel globalizador de los medios y la mayor difusión de cualquier noticia, ocurra donde ocurra. Y la mayor disponibilidad de medios y recursos, buenos y malos, para llevar a cabo todo tipo de ideas, también, buenas y malas. Pero insisto, no creo que el ser humano sea más violento que hace 100 años. Ni que existan más desequilibrados tampoco (el hambre crea también muchos problemas), aunque sí de otro tipo posiblemente.
Lo que sí tengo claro es que, en estas supuestas sociedades avanzadas, no estamos haciendo lo posible por educar en valores, en valores universales, como son el respeto radical a todos los seres humanos, la necesidad de diálogo ante la imposición de cualquier idea, la comprensión, la generosidad, el entendimiento, la paz por encima de todo, el bien común...en contra de egoísmos, materialismos, violencias, consumismos, etc.
No creo que el debate se tenga que centrar en la legislación, sino en la educación: en la educación de niños y niñas, pero también, en las necesidades de reeducación de padres y madres, tarea tan, tan complicada. Y en el apoyo general y extremo a las familias: en medios económicos, para poder conciliar su vida laboral y familiar, y tener más tiempo para transmitir esos valores que tanto nos faltan, y en ayudas de expertos de todo tipo, apoyos desde el nacimiento de un hijo, para que, ante cualquier pequeño problema, duda, inseguridad, las familias puedan acudir a alguien que les sirva de ayuda. Ayuda de verdad.
Espero que no nos quedemos en la modificación de la legislación para solucionar problemas, porque desde luego, será un nuevo parche, como tantos otros.
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