viernes, 23 de noviembre de 2007

Barrio Sésamo, peor que una guerra

No puedo con la doble moral americana:
http://www.elpais.com/articulo/radio/television/Barrio/Sesamo/tenia/rombos/elpepugen/20071123elpepirtv_4/Tes
Organizan guerras basadas en el lucro económico, permiten la posesión de armas como si nada, asesinan a gente –la mayoría negros- amparados en el “ojo por ojo” (esa gran ley universal que nos dejará a todos ciegos), su iglesia paga millones de dólares por callar a gente que ha sufrido abusos sexuales por parte de los propios curas…
Y censuran aquello que no hace daño a nadie, que muestra una forma diferente de ver la vida. Ven peligro en aquello que es juego, imaginación, libertad, diversión. Defienden lo mojigato, pero con una mirada perversa porque sólo ellos ven lo que otros no vemos. Me asusta cómo la mirada adulta contamina la de nuestros enanos. ¿Cómo serán esos niños y niñas del futuro, educados en un mundo amputado?

PD Por cierto, la zanahoria es un poquito fálica, ¿no? Es que lo malo se pega…

lunes, 12 de noviembre de 2007

Los balcones están llenos de maniquíes

Parece más un título de una canción de un grupo de la movida madrileña que la realidad que me rodea.
El primer maniquí lo encontré en Barcelona, en un balcón de un edificio cerca del puerto. Mis ojos se dispararon hacia aquella imagen que me parecía divertida, novedosa.
Desde ese primer encuentro, y ya en Madrid, cada vez que mi mirada se pierde en un edificio, acabo viendo un maniquí. Ayer mismo, en la calle Relatores, un perfecto maniquí blanco que nunca antes había visto, me observaba impasible.
Espero no acabar como en la preciosa canción de Serrat.
¿Acabaremos todos compartiendo nuestra vida con un maniquí?
Tengo miedo.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Sólo es el comienzo

Aún no había escrito nada sobre ello, aunque he pensado mucho, y sobretodo, he sentido agradecimiento infinito, y mucho, mucho respeto y admiración.
Agradecimiento infinito porque me siento una persona muy afortunada, por muchas, miles de cosas. Y esto es una más de esas miles de cosas, pero mucho más especial por todo su significado.
Respeto y admiración porque llevas mucho tiempo luchando por conseguirlo, por vislumbrar un pequeño resultado –aunque fuera mínimo- de esa lucha, que ahora por fin puedes tocar. Es cierto que aún falta el colofón. Pero sabe a gloria. Ahora todo ese esfuerzo comienza a tomar forma y a tener sentido.
Día a día he visto tu sacrificio, tus agobios, tus penas, tus angustias. Y ahora, ahora veo tu alegría, que me inunda.
Te lo mereces. Te lo mereces todo. Sé lo que esto significa para ti. Y sé lo orgullosa que te sientes. Y no quiero que olvides que siempre podrás tener lo que quieras, porque tienes una voluntad de hierro que me deja, día a día, impresionada. Sí, por mucho que me digas que no. Eso ha quedado muy claro.
Y esto es sólo el comienzo. Aviso a navegantes.