sábado, 27 de enero de 2007

A mí por clases no me viene nada...


Esta mañana ha amanecido poco apacible, con frío –tampoco muchísimo, pero se ve que la falta de costumbre nos hace exagerar un poquito-, agudizado por un viento que se levantó ya anoche.

Mi calle, una preciosa calle en Lavapiés, habitualmente sucia cuando salgo a trabajar por la mañana -algo a lo que nunca me acostumbraré y además, me niego–, es una calle con mucho tránsito de gente y con varias tiendas de alimentación que generan mucha basura. El Ayuntamiento de Madrid, lejos de tratar de solucionar este tema, lo ha agudizado desde más o menos, los últimos dos años: no sólo no se prodiga en cuidados, más bien cada vez nos olvida más, como si no quisieran verlo. Esta mañana la calle estaba excesivamente sucia, algo que ya clamaba al cielo, era como una batalla campal: papeles por todos lados, periódicos y todo tipo de cosas desperdigadas por el suelo, cajas, basura, etc, cosas totalmente vulnerables al viento que soplaba.

Al llegar a la plaza, guardándome mi rabia otro día más, y tras comprar el periódico, una señora que justo iba detrás mía caminando, iba diciéndose en voz alta:

“Convivencia, convivencia, si es que da asco cómo está la calle, todos los días igual. Hay gente que todavía no se ha dado cuenta de que la limpieza no es sólo ducharse por las mañanas...es que da asco la calle. Es que ya no voy a subir más por Lavapiés, Ave María u Olivar, porque es que da asco. Y claro, el ayuntamiento no hace nada, se dedica a gastar nuestro dinero en otras cosas y es que no puede ser...siempre igual...”

Y yo, aún dormida, pero corroborando lo que la señora decía comencé a preguntarme, ¿cuál es la solución a este problema?¿Se trata de un problema de convivencia, es decir, respeto? ¿O quizás de dejadez por parte de las administraciones públicas, leáse, el Ayuntamiento de Madrid? No hay que olvidar que el tránsito de gente que tiene el barrio de Lavapiés no lo tienen otros barrios ni otras calles (y más en verano, con las terrazas), por lo tanto, ¿cómo tendría que medir el ayuntamiento el número de barrenderos que una calle tiene que tener y la frecuencia? Se sabe además que el barrio de Lavapiés tiene una densidad de población que no tienen otros barrios, ¿por qué entonces permanece tan sucio siempre? ¿Somos, de verdad, más sucios que en otros barrios? ¿Por qué en el barrio de Salamanca me he encontrado habitualmente con tres barrenderos al mismo tiempo por acera (calle Goya), y a diferentes horas del día? ¿por qué en el barrio de Chamberí, en la zona de Almagro, que sabemos que es zona de trabajo donde no hay vida nocturna, cuando en mi barrio no baldeaban las calles por restricciones de agua, este verano allí sí lo hacían? ¿De nuevo volvemos al asunto de que los políticos corresponden con sus políticas a sus votantes? ¿De nuevo hablamos de que existen clases, barrios “altos” y barrios “bajos”, y no lo digo por la orografía precisamente?¿el lugar en el que vivimos condiciona lo que somos para otros, y por tanto, cómo merecemos ser tratados? ¿queremos con nuestras políticas y acciones municipales estigmatizar aún más ciertas zonas de Madrid? ¿cuál es la imagen con la que se marcha un visitante de Lavapiés? ¿y si visita el barrio de Salamanca? ¿y cuál es su conclusión en cada caso, si desconoce el problema? ¿que el ayuntamiento limpia en función de sus votantes y no en función de las necesidades o que en Lavapiés somos menos civilizados?


Ah! Casi había olvidado que hay clases, y clases...



1 comentario:

Jove Kovic dijo...

Pues si me permites la sugerencia, no lo olvides, porque es la explicación de casi todo.