Todos hemos tenido malos momentos, y peores: parece que es una de las cosas que tiene la vida, aunque nos rebelemos, pataleemos, gritemos o no queramos creerlo.
Mi primer desamor, como el de todos, fue duro, mucho, por una serie de circunstancias que no vienen al caso. Y por lo mismo, no creo que lo olvide nunca.
Sé que es muy simple, mucho, lo que voy a decir, pero en aquellos momentos de profunda tristeza, de lucha interna constante y permanente, de amor, de odio y de engaños, me ayudaba buscar cosas que me hicieran reír, reír sin parar y sin pensar. Decidí que sólo podía ver películas, leer libros, escuchar música que me provocara la risa a carcajadas. Cambiaba continuamente de emisora al más mínimo atisbo de tristeza o melancolía, y lo mismo con las películas o los libros. Tardé algo más de un año en encontrarme de nuevo, en olvidar el dolor y en volver a volver a sentir.
Y no sabes, compañero de la derecha, qué buena sensación es ésa; saber que has vencido, que has ganado la batalla contra ti mismo, sin rencores (eso es lo mejor), y casi, agradeciendo ésa nueva oportunidad que aparece frente a ti y que te recuerda que todo tiene sentido, o quizás nada, pero ya, por fin, eres libre de decidirlo.
Esa libertad no tiene precio: la libertad que nos regala desprendernos del dolor.
(perdona el atrevimiento porque de sobra sé que no son situaciones comparables. Mucho, mucho ánimo...).
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5 comentarios:
Cuando uno se expresa tan bien, sobran más palabras, y lo inteligente es adherirse a ellas.
Me adhiero por tanto, desde detrás, a vuestra espalda.
Todo un honor, compañera de la izquierda y compañero de espalda.
A partir de ahora si cambio de trabajo lo haré sólo a donde estéis vosotros dos. Y si se viene un abuelete más, mejor.
Todos somos Policarbonados.
Todos nos encontramos alguna vez en la vida con momentos de ahogo y mas si es causa de un seamor. Pero todo tiene siempre su lado positivo y mira, de una gran pena encontraste una gran potencialidad que es luchar contra un mismo y superarse
Clandestino, no hay mayor verdad, todos somos policarbonados...y descuida que en el siguiente curro nso volvemos a encontrar...
Por cierto, qué bueno es tenerte de vuelta...
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