Ayer me encontré con una amiga en el metro con quien hacía tiempo que no hablaba. Es educadora y me estuvo contando que trabaja para una fundación visitando a familias que tienen a chavales en régimen de acogida. La verdad es que admiro mucho a la gente que se dedica a trabajos con un fin social, tan complicados, que requieren de tanto compromiso, voluntad y que seguro que incorporan una gran dosis de desgaste.
Pero me sorprendió saber –quizás sea una ingenua- que se trata de un servicio subcontratado por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid (me dijo “ya sabes, estos líos que se traen que al final no sabes a quién le compete...”). Así que el maravilloso mundo de las subcontratas de los servicios públicos ha llegado a todos los lados, sin ningún tipo de miras.
El problema no es la subcontratación en sí, sino el perfil de las empresas contratadas (a criterio del político de turno –y todos sabemos de qué pie cojean la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, cosa legítima salvo por su claro objetivo de adoctrinamiento espiritual-, y no en función de la profesionalidad y las necesidades reales), las condiciones en las que se producen estas contrataciones y la falta de evaluación y control de quiénes realizan los servicios. Esto es crítico, y no digo importante, sino crítico, cuando se trata de servicios sociales.
Y me vino a la cabeza el tema de la casa de acogida a mujeres maltratadas que gestionaba la asociación Nuevo Amanecer. Un ejemplo vivo.
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5 comentarios:
Huir de la responsabilidad directa asegurándose el adoctrinamiento. Nada nuevo bajo el sol de ese nuevo amanecer.
Ojalá un día se equivoquen y subcontraten los confesionarios a los ateos...
Da la coincidencia de que soy educadora social y si no ejerzo ese es uno de los motivos... Nada más empezar la carrera ya nos advirtieron: "esto es como el Nescafé, 600 euros al mes para toda la vida... y en una subcontrata por supuesto". Hay un vacío legal con estas carreras... y en principio los que tienen opción en trabajar en organismos públicos al 100% son los trabajadores sociales, que son los que se dedican a estar sentados en una oficina leyendo informes y decidiendo el futuro de estas personas a golpe de señalar con el dedo. Los educadores de calle, si tienes suerte estás en una subcontrata. Yo estuve dos años en prácticas y uno de voluntaria... y decidí que si quería tener un sueldo seguro me tenía que ir por otros lares...
Yo escuché esa noticia el otro día en la radio, y volvía decidir no escuchar las noticias.
Qué bonito eso de ir por otros bares...
No me extraña gata que decidieras, visto lo visto, asumir lo que hay. En el fondo es lo que nos pasa a casi todos de una u otra manera: estamos obligados a renunciar, al menos en parte, a nuestra "vocación" o como se llame para poder vivir. Pura realidad. Puta realidad.
Casi pedagoga y esto es lo que me espera, espero ser mileurista almenos....porque de la vocacion no se vive todavia
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