Hoy en la comida he coincidido con tres padres, de hijas de diferentes edades (una de 26, otra de 12 y otra de 5). Y hemos estado hablando de cómo se les hace muy cuesta arriba todo lo relacionado con las relaciones sexuales de sus hijas (cosas como “vaya bigote tenía el tío”, “le voy a encerrar en un armario y…”, “como le hagas lo que yo le hacía a las tías, cabrón…”, -refiriéndose, claro, a los “amigos” de sus respectivas hijas).
Les he preguntado si ese “problemilla” tenía que ver con que ellos sabían perfectamente cómo son los tíos...(vale que iba con un poco de mala leche…sé de sobra que no todos los tíos son iguales). Y efectivamente parece que el tema va por ahí (yo hablo con completo con desconocimiento, claro, porque ni soy padre ni tengo hijas…).
Me pregunto si seguimos tratando de forma diferente a hijos e hijas, sin asumir con naturalidad la realidad que nos rodea. Creo que podría ser un buen ejercicio preguntarnos –yo la primera- si como individuos asumimos la diferente realidad que aparece ante nosotros. Porque a lo mejor, sin darnos cuenta, estamos perpetuando ciertos roles. O a lo mejor no.
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3 comentarios:
Bajo mi punto de vista, es indiscutible que seguimos anquilosados en el pasado. Pero es que hay cosas que son muy jodidas de asumir. Que se lo pregunten a Estili y a la excursión de su hija, a ver si no hay por ahí algún amigo especial....
Por cierto, mientras tu hija te diga que tiene novio, puedes estar tranquilo, pero como te diga que tiene un amigo especial..., entonces agárrate que vienen curvas.
Es una pena que no me gusten las apuestas, porque si hago esta no la pierdo. ¡Cómo sabía yo que Mexileña haría una entrada con el tema de la comida! Y con toda la razón del mundo. Yo lo tengo claro. No es que estemos perpetuando roles, es que no han cambiado. O sí, pero tan poco que en algunos aspectos ni se nota. El sexual, claro ejemplo.
Si es que se me ve venir...y que conste que sé que es muy fácil opinar...
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