Ayer se me pusieron los pelos de punta con una imágenes que vi en la tele: varias personas bloqueaban la ambulancia que transportaba a Eluana, la chica italiana que lleva 17 años en coma y sin responder a ningún tratamiento, a una clínica en la que la desconectarían de las máquinas que artificialmente la mantienen con vida.
Independientemente de cualquier opinión al respecto, no dejo de preguntarme, avergonzada y rabiosa, cómo puede haber personas que se metan de esa manera en la vida de una familia que ha tomado, seguramente, la decisión más terrible de toda su vida. ¿Pero en qué les afecta esa decisión ajena y tan personal, amparada por la ley?
No dejo de preguntarme por qué el vaticano (en minúsculas) tilda esta acción de "abominable asesinato", y no ha calificado a los asesinatos franquistas, por poner un ejemplo, de la misma manera. O a los cientos de guerras amparadas y/o provocadas por occidente (también en minúsculas). O a sus curas pedófilos, repartidos por todo el mundo. O a cualquier asesinato, simplemente.
Métanse en su vida, señores. Controlen su entorno, a sus fieles, a sus seguidores, a sus familias, si es que pueden. Y en iguales circunstancias, prediquen con el ejemplo (a ver si tienen huevos). Pero al resto, déjenos vivir faltos de (su) moral. Que eso es lo que precisamente queremos.
miércoles, 4 de febrero de 2009
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