Hoy he acabado cediendo a la pretensión de una tercera persona por su insistencia (situo esta experiencia en el ámbito laboral). Mea culpa. Pero he sido consciente de ello, quiero decir, que tras 5 ó 6 noes, y tras las consiguientes 5 ó 6 insistencias, con todo mi hartazgo, he decidido racionalmente ceder (digo racionalmente por el hecho de que se trataba de minimizar esa pérdida absurda de tiempo y no perder mi equilibrio mental, si lo tuve en algún momento).
Realmente la situación era poco importante, más una cuestión de postura que otra cosa, pero, ¿por qué nos tenemos que salir con la nuestra cuando la decisión, si somos sinceros, no es realmente nuestra? ¿por qué no respetamos las decisiones de otras personas cuando el decisor es el afectado, y por tanto, quien legítimamente ha de decidir?
Creo que la respuesta a la pregunta de origen es que sí...
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3 comentarios:
Sin saber de qué hablas, ni de quien, no falta que hace, tengo una fe ciega a tu estrategia para conseguir las cosas. A largo plazo seguro que ganas en logros y en salud.
Lo siento, es que yo soy sharista convencido...
jajaja, gracias...en este caso todo se agudizó porque la confianza da asco...y esta estrategia sólo funciona a corto plazo, porque la gente se cansa...ya te contaré...
Pues a mí también me gustaría que me contaras...
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