Ayer sucedió otra muchas de esas cosas terribles que no hay manera de entender, que no tienen explicación, lo mires por donde lo mires. Me refiero a la matanza de Alemania, hecha por un niño.
No soy pedagoga, ni psicóloga -mi Zurdito me adoctrina en este sentido- ni experta en conductas, ni nada por el estilo. Pero en la noticia que esta mañana escuchaba por la radio me faltaba algo: los valores que estamos transmitiendo, desde familias, instituciones y sociedad en general.
En la noticia se decía que, tras la matanza, en Alemania se estaba revisando la legislación sobre la tenencia de armas, que parece que había sido reformada en 2002 a raíz de un acontecimiento similar.
Y a mí me falta en este debate algo mucho mas importante: acudir a la raíz. Que nos replanteemos los valores que estamos transmitiendo, la educación que estamos impartiendo.
Sinceramente, no tengo muy claro que esta sociedad sea más violeta y agresiva que otras sociedades pasadas. Sí tengo claro el papel globalizador de los medios y la mayor difusión de cualquier noticia, ocurra donde ocurra. Y la mayor disponibilidad de medios y recursos, buenos y malos, para llevar a cabo todo tipo de ideas, también, buenas y malas. Pero insisto, no creo que el ser humano sea más violento que hace 100 años. Ni que existan más desequilibrados tampoco (el hambre crea también muchos problemas), aunque sí de otro tipo posiblemente.
Lo que sí tengo claro es que, en estas supuestas sociedades avanzadas, no estamos haciendo lo posible por educar en valores, en valores universales, como son el respeto radical a todos los seres humanos, la necesidad de diálogo ante la imposición de cualquier idea, la comprensión, la generosidad, el entendimiento, la paz por encima de todo, el bien común...en contra de egoísmos, materialismos, violencias, consumismos, etc.
No creo que el debate se tenga que centrar en la legislación, sino en la educación: en la educación de niños y niñas, pero también, en las necesidades de reeducación de padres y madres, tarea tan, tan complicada. Y en el apoyo general y extremo a las familias: en medios económicos, para poder conciliar su vida laboral y familiar, y tener más tiempo para transmitir esos valores que tanto nos faltan, y en ayudas de expertos de todo tipo, apoyos desde el nacimiento de un hijo, para que, ante cualquier pequeño problema, duda, inseguridad, las familias puedan acudir a alguien que les sirva de ayuda. Ayuda de verdad.
Espero que no nos quedemos en la modificación de la legislación para solucionar problemas, porque desde luego, será un nuevo parche, como tantos otros.
jueves, 12 de marzo de 2009
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5 comentarios:
De acuerdo...
Pero me temo que cada día estamos más faltos de referentes "buenos": sólo hay que fijarse en los políticos, en los altos mandatarios religiosos, en los máximos representantes financieros para darse cuenta de que la avaricia, la mentira y el juego sucio campa a sus anchas.
¿Con qué referente ético-moral cuentan los jóvenes de hoy en día?
Como tú bien dices, habría que empezar a reeducar a padres y madres. Por extensión, añado, habría que empezar a reeducarnos todos, pues todos formamos esta sociedad que engendra este tipo de acciones.
Mal lo veo, sinceramente...
Verás, yo tengo la siguiente teoría: la incorporación de la mujer al mundo laboral (en la que todavía hay mucho que mejorar) ha sido uno de los grandes logros de estos últimos años, pero la sociedad no ha sabido responder ni adaptarse a los profundos cambios que ello conlleva, no digo ya sólo los hombres, que también, sino toda la sociedad. Y añadiría algo más: no sólo lo considero un asunto lo suficientemente importante como para que los gobiernos lo tuvieran más presente e hicieran algo más al respecto, sino que casi te diría, sin exagerar, que es el gran reto del siglo XXI.
Porque la consecuencia de todo ello es precisamente la soledad y la falta de referentes y valores en las que están criando nuestros hijos (como las madres ya no los cuidan... ah, se siente, ya nadie lo hace), que son, no lo olvidemos, ya no solo nuestras queridas y resaladas criaturas (para quien las tenga), sino el futuro de todo esto, de la raza humana.
Esto da para mucho y no me quisiera enrollar, así que de momento lo dejo aquí. Creo que has escrito un post de lo más acertado, Mexi. Bueno, como siempre, la verdad.
Yo creo que si estamos en una sociedad más violenta que años atrás, mientras las instituciones y los estados dirimen sus diferencias a través de medios incruentos - que no pacíficos- con mayor frecuencia cada día, la agresividad crece en el ser interno de las sociedades. La incorporación de la mujer - sobre la que recaía el peso de la familia de forma exclusiva- al mercado laboral, no se ha visto acompañada de las medidas sociales paliativas necesarias para contrarrestar este auténtico vacío de poder que se ha creado en muchas familias. Esto es así porque lejos de fomentar el empleo femenino como lo que es, una medida de justicia social, el capitalismo lo contempla como una oportunidad de captar mano de obra cualificada con un salario muy inferior, fenómeno que por si mismo ya genera desequilibrios y conflictos en una sociedad poco dada a la negociación.
A esto, y también vinculado a la lógica capitalista de rentabilidad máxima, podemos unir el colapso de la educación pública, que ha pasado a ser un mero dique de contención en lugar del motor de transformación y progreso social que debería ser.
Besos.
Por supuesto que hay que revisar los valores, pero sabes?
eso supone muy doloroso, porque supone mirarse hacia dentro, y eso duele... y mucho, créeme...
Así que es mas fácil tirar balones fuera y decidir que por decreto ley se soluciona la violencia de los jóvenes, o la facilidad de conseguir un arma en un país determinado...
Echar balones fuera, creo que se denomina...
Besicos
Irre, toda la razón: los referentes son generalmente materialistas y tienen que ver ocn el famoseo.
Estili, completamente de acuerdo contigo: los logros siempre se quedan a medias, y suelen implicar tener que arreglar los vacíos tan grandes que a veces, como en este caso, dejan.
Jove, lo mismito, la base de toda medida para modificar algo es siempre el beneficio del capitalismo. De eso no hay duda. Pero yo no tengo claro que exista más violencia que antes (es cierto que mi visión occidental de las cosas tiende al simplismo...cuando hay realidades bien distintas cuyas concluisiones no tienen nada que ver).
Belén, tienes toda la razón: duele mucho darse cuenta de que hemos perdido o no tenemos ciertos valores. O que la realidad hace que los olvidemos.
Besos a todos, jo qué nivel!
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